2021-03-31 21:56:19
MADRID (EUROPA PRESS).- El presidente brasileiro Jair Bolsonaro contradijo a su nuevo ministro de Salud, Marcelo Quiroga, el tercero desde el instante en que inició la pandemia, y volvió a criticar las medidas de confinamiento para eludir los contagios, insistiendo: “quedándose en el hogar no se solventa el problema”.
“No es quedándose en el hogar como vamos a solucionar este inconveniente. Esas medidas ya están siendo adoptadas, pero la meta era conseguir camas de entidades de cuidados intensivos y respiradores a fin de que la gente no perdiesen sus vidas por carecer de asistencia”, ha dicho Bolsonaro.
La declaración del presidente sudamericano sucedió a lo largo de una reunión celebrada este miércoles por el comité de emergencia formado la semana pasada por miembros del gobierno, entre ellos el ministro Quiroga, y representantes del Congreso, en la que remarcó su negativa al confinamiento.
“Ninguna nación se mantiene por bastante tiempo con este tipo de políticas. Y lo que realmente deseamos es volver a la normalidad cuanto antes. Intentando encontrar medidas para batallar la pandemia, como lo hemos hecho con el tema de las vacunas”, insistió Bolsonaro, según la prensa brasileira.
La reacción del presidente se causó una vez que Quiroga defendió en su turno de palabra la necesidad de evitar las “aglomeraciones superfluas” durante la próxima festividad de Semana Santa, tal como la “relevancia” de utilizar mascarilla y sostener el distanciamiento. “Las medidas extremas no son deseadas”, pero “vamos a tener que realizar eso”, apuntó.
Antes participaron el presidente de la Cámara de Miembros del congreso de los diputados, Arthur Lira, y su homólogo en el Senado, Rodrigo Pacheco, aliados de Bolsonaro, pero en esta ocasión acreditaron las sugerencias de Quiroga.
“Una sugerencia muy valiosa del ministro de Salud es explotar la ocasión de la Semana Santa, que es un día festivo que tiende a alentar las aglomeraciones, a fin de que el pueblo brasileiro sea siendo consciente de que precisa realizar distanciamiento popular incluso en los días festivos”, apuntó Pacheco.
A su vez, el presidente del Senado pidió “una homogeneidad en la comunicación social de gobierno”, una “uniformidad en el discurso” acerca de lo “preciso” que es vacunarse, emplear mascarilla, la higiene o el distanciamiento popular para impedir el incremento de la patología en el país”.
Sin embargo, Bolsonaro, el último en intervenir, insistió en que el confinamiento daña a la economía y criticó a los gobernantes y autoridades locales que siguen con esas medidas dentro de sus territorios.
La convivencia de Bolsonaro con sus ministros de Salud desde el origen de la pandemia ha estado marcada por los desencuentros, incluso llegó a calificar a algunos de ellos como desleales por defender las posiciones de las autoridades locales y estatales que abogaban por el confinamiento como mejor medida para frenar el progreso del coronavirus.
El primero en salir fue Luiz Henrique Mandetta, seguido de Nelson Teich, quien apenas estuvo un mes. Ambos habían mostrado sus diferencias con Bolsonaro no sólo por la aplicación de las medidas de confinamiento, sino más bien también por la viabilidad de utilizar cloroquina, un fármaco contra la malaria, para tratar el covid-19.
El último en caer fue el general Eduardo Pazuello, el único de los tres que se plegó a las directrices de Bolsonaro, lo que provocó un desgaste tremendo, con una viable investigación por parte del Tribunal Supremo de Brasil por mala praxis durante su orden al frente del Ministerio de Salud.
En las últimas 24 horas, las autoridades brasileiras reafirmaron un nuevo récord de muertos diarios a causa del coronavirus, que deja ya 317 mil 646 víctimas fatales y más de 12.6 millones de casos acumulados.
